Los orígenes de Yeska

Inspirados por la fuerza y sabiduría
de los pueblos del fin del mundo.

En el extremo sur de la Patagonia, los Yamana (o Yaganes) vivían en armonía con el mar. Sus canoas eran su hogar, su libertad y su refugio. En su lengua, YESKA significa “isla”, un símbolo de encuentro entre el hombre y la naturaleza, entre el silencio, la fuerza y la inmensidad.

Así nació nuestra marca: como un homenaje a esa conexión profunda entre el ser humano y el agua, entre la naturaleza y el espíritu explorador de los que buscan su propia isla, su refugio en el agua y quieren mantener viva la conexión con lo salvaje, lo libre, lo indomable.

Inspirados por los pueblos yámanas

Los yamanes fueron los primeros navegantes de los mares australes. Habitaban los canales fueguinos, desafiando el viento, el frío y las corrientes.

Su vida estaba unida al agua: se desplazaban en canoas hechas a mano, guiados por la intuición, la fuerza y el respeto por el mar.

En Yeska encontramos en ellos una fuente de inspiración para diseñar kayaks que heredan ese mismo espíritu: resistencia, adaptabilidad y armonía con la naturaleza.

Cada nombre, una historia

“Ballena” (lengua yamana): representa la fuerza, la estabilidad y la conexión profunda con el mar.

“Pingüino” (lengua yamana): símbolo de agilidad, adaptación y resistencia al frío.

“Canoa” (lengua yamana): evoca la tradición ancestral de navegar los mares australes con libertad y equilibrio.

Una marca con raíces en el sur

En Yeska creemos que cada travesía empieza con una historia.

La nuestra nace de la Patagonia y de los pueblos que la habitaron, con el deseo de mantener viva su conexión con el agua, el movimiento y la libertad.

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